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FOTOPROTECCIÓN SOLAR

Publicado en13/06/2021 Por 3390
¿Sabemos elegir de forma correcta el fotoprotector más adecuado a nuestra piel?
Una buena fotoprotección solar puede minimizar los efectos dañinos que una excesiva exposición solar puede causar en nuestra piel.
FOTOPROTECCIÓN

Nuestra relación con el sol deriva en aspectos positivos y otros no tanto, si no perjudiciales. Entre los beneficiosos es sabido la necesidad de la radiación solar para la adecuada síntesis de la Vitamina D tan importante junto al calcio en una buena salud de nuestros huesos. La civilización occidental, además, asocia un buen tono corporal a un buen estado de salud de la persona. No obstante, la exposición sin control a la radiación solar puede acarrear perjuicios, que, en la mayor parte de los casos, pueden ser evitados con una adecuada y correcta protección solar.

Los efectos de un exceso de radiación solar sobre nuestro cuerpo, sin las debidas precauciones, pueden comenzar con un simple eritema (típico enrojecimiento e inflamación de la piel tras una exposición al sol sin la debida protección), quemaduras de primer o segundo grado, y acabar en cánceres de piel (como el temido melanoma), diversas patologías oculares como cataratas, envejecimiento prematuro de la piel o problemas con nuestro sistema inmunitario.

Es por ello por lo que la educación en protección solar es fundamental, desde pequeños, para que nuestra relación con el sol nos aporte beneficios sin acarrearnos consecuencias negativas.

Nuestra piel cuenta con un mecanismo natural de protección solar conocido por todos: el bronceado natural. Tras la exposición solar, nuestra piel va adquiriendo progresivamente, esto sería lo deseable, un tono más oscuro. La responsable de este cambio de tonalidad es la melanina. Producida por los melanocitos de la piel, este pigmento, es capaz de evitar los daños irreversibles que puede producir la radiación ultravioleta (UV) sobre nuestro ADN, pero este proceso natural es progresivo y ante una exposición solar excesiva y en poco tiempo no es capaz por si sola de proporcionarnos protección. Es por ello por lo que debemos aportar una protección solar añadida, que puede ser tan simple como el uso de ropa adecuada o la aplicación de una protección solar externa. Por tanto, se hace necesario un correcto manejo por parte de la población de los protectores solares y sus diversos valores de protección declarados en su SPF (acrónimo del inglés “Sun Protection Factor” o “Factor de Protección Solar”).

La radiación UV alcanza nuestras células y puede provocarles cambios en su crecimiento y apariencia. Los mecanismos defensivos de la piel intentan repararlos, pero a veces no son suficientes y pueden aparecer daños permanentes. La piel envejece de forma prematura perdiendo su elasticidad, apareciendo arrugas, a veces profundas como en personas expuestas de por vida a la radiación UV sin protección. Es en estos últimos casos es donde puede aparecer la patología más grave relacionada con el exceso de radiación solar: el cáncer de piel. Este se debe a los daños irreversibles producidos por la radiación UV sobre nuestro ADN celular.

Para evitar estas graves consecuencias se hace indispensable el uso adecuado de un protector solar con un filtro adecuado. Estos filtros, generalmente físicos o químicos, deben ser seguros, eficaces y de uso cosmético adecuado.
 
RADIACIONES SOLARES: TIPOS

Si algo distingue a nuestro planeta de otros y permite la existencia de vida en la tierra, es la presencia de atmósfera. Entre las formas de oxígeno, fundamental para la vida de gran cantidad de seres vivos, se encuentra el ozono. Esta forma de oxígeno forma una capa protectora que es capaz de absorber por si sola un tercio de la radiación solar recibida por nuestro planeta. Hasta nosotros llegan los rayos UV (UVA y UVB), rayos visibles e IR-A (infrarrojos).”

  • Radiación UVA. Es más penetrante que la UVB, por lo que aparte de actuar sobre la epidermis, alcanza las capas de la dermis que sostienen nuestra piel. Esta es la principal causa del fotoenvejecimiento celular. En los fotoprotectores se representa en un círculo en cuyo interior se encuentran las siglas UVA, con lo que se garantiza que cubre el mínimo de radiación UVA que se establece en al menos una tercera parte del SPF frente al UVB.
  • Radiación UVB. Es la radiación que actúa a nivel superficial de nuestra piel originando el típico enrojecimiento de esta (eritema) y lesiones celulares a nivel de ADN origen del cáncer de piel. Se puede encontrar en el etiquetado de los fotoprotectores, bajo las siglas SPF mostrando el bloqueo de la radiación UVB.
  • Radiación visible. Es la responsable de las manchas e hiperpigmentación que aparece en la piel con el trascurso del tiempo. Su penetración en la piel es superior a la radiación UVA. Para combatir estas manchas existen diversos preparados con fórmulas adecuadas para su tratamiento.
  • Radiación IR. Es la radiación causante de la sensación de calor al ser la más penetrante de todas. La defensa frente a sus efectos perjudiciales se logra con el uso de filtros de tipo físico.
 
EL ÍNDICE ULTRAVIOLETA SOLAR

El índice UV Solar (UVI)es una forma simple de hacer entender a la población de las medidas a tomar de protección frente a la exposición solar. La OMS lo define como “una medida sencilla de la intensidad de la radiación UV en la superficie terrestre y un indicador de su capacidad de producir lesiones cutáneas”.

Diversos organismos internacionales informan diariamente de este índice. En España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) informa de los valores de radiación UV en su página web (http://www.aemet.es/es/eltiempo/observacion/radiacion/ultravioleta).




Se definen cinco categorías de exposición:
  • Baja: entre 1 y 2
  • Moderado: de 3 a 5
  • Alta: entre 6 y 7
  • Muy alta: de 8 a 10
  • Extremadamente alta: 11+
Conociendo este índice cada persona en función de su fototipo debe elegir su método adecuado de protección solar.



FOTOTIPOS

Se define fototipo como “la capacidad de adaptación al sol que tiene cada persona desde que nace, es decir, el conjunto de características que determinan si una piel se broncea o no, y cómo y en qué grado lo hace”.

Conocer los diversos fototipos facilita la toma de medidas para evitar los efectos indeseables producidos por la radiación solar.

Visualmente hay que observar el color de la piel de zonas no expuestas de forma natural a la radiación solar: detrás de la rodilla o zona interna del antebrazo.

La clasificación mas usada de fototipos es la del Dr. T. Fitzpatrick (Harvard Medical School). Esta clasificación tiene en cuenta la acción del sol sobre la piel y las características pigmentarias del individuo. Se establecen 6 fototipos que están relacionados con la cantidad de melatonina presente en la piel: a mayor fototipo, mayor producción de melanina, mayor capacidad de bronceado y mayor protección solar natural frente a la radiación solar.

A fototipo más bajo y mayor Índice UV Solar en la zona, corresponde una mayor necesidad de protección solar. Por tanto, la combinación de fototipo bajo e Índice Solar elevado, multiplica la necesidad de protección.


TIPOS DE FILTROS SOLARES

Los filtros solares deben reflejar, dispersar y absorber una parte de la radiación solar. Estas sustancias tienen que ser compatibles con su aplicación sobre la superficie cutánea.

Según su mecanismo de acción, pueden dividirse en dos grupos: físicos y químicos.

Filtros físicos

Son sustancias inorgánicas que actúan como sustancias pantalla. Forman una película sobre la piel que reduce y elimina los efectos de las radiaciones ultravioleta reflejando las radiaciones incidentes. Suelen ser pigmentos minerales como el dióxido de titanio, el óxido de zinc y la mica. Suelen emplearse pigmentos micronizados, con un tamaño de partícula de 10-50 nm. Suelen usarse preferentemente en bebés y personas con una elevada intolerancia al a radiación solar o alergia a filtros químicos.

Filtros químicos

Son compuestos orgánicos, que pueden absorber la radiación ultravioleta. El mecanismo de acción consiste en que la energía absorbida se emite nuevamente como radiación térmica.

En función de la longitud de onda que absorban, pueden distinguirse filtros UVB, UVA y otros de amplio espectro. En general, suelen usarse una combinación de filtros (UVB y UVA) para aumentar su efectividad y abarcar un espectro de absorción más amplio.

Otras sustancias protectoras

Los fotoprotectores también pueden incluir principios activos cuyo mecanismo se basa en una actividad antioxidante, secuestradora de electrones o radicales libres, e incluso reparadora de los daños producidos por el sol. Asimismo, tiene una función complementarían a la actividad fotoprotectora de los otros filtros. En este grupo pueden encontrarse las vitaminas A, B5, C, E (combinado con la vitamina C potencia la acción de cada una de ellas) y sus derivados. Algunos fotoprotectores incorporan sustancias como: aceite de sésamo, aguacate, germen de trigo, extractos de caléndula, aloe y cáscara sagrada, etc.

En el mercado hay fotoprotectores que combinan distintos tipos de filtros.
 

ETIQUETADO DE PRODUCTOS SOLARES

Algunos consumidores no comprenden de forma clara el etiquetado de los protectores solares. Esto puede acarrear un mal uso de estos productos o la elección inadecuada de los mismos.

Los fotoprotectores solares deben cubrir un mínimo de protección frente a las radiaciones UVA y UVB. Por tanto, en el etiquetado debe aparecer si esta protección es “baja”, “media”, “alta” y “muy alta”, así como el índice numérico SPF.



El SPF representa la medida del tiempo que podemos exponernos a la radiación solar sin sufrir eritema. Si sin uso de protección, aparece enrojecimiento de la piel al cabo de 10 minutos, el uso de un protector SPF20 aumenta 20 veces ese tiempo de exposición solar.

También es necesario conocer el periodo de caducidad del fotoprotector indicado en el envase (PAO). Por regla general no deben usarse fotoprotectores después de un año desde su apertura. Sus filtros se degradan con las altas temperaturas y el contacto del producto con el aire.
 
RECOMENDACIONES GENERALES PARA UNA CORRECTA PROTECCIÓN SOLAR

  • El mínimo de SPF que debería usarse es 15 o más.
  • Limitar la exposición solar durante los meses veraniegos entre las 12:00 y las 16:00 horas.
  • Usar prendas ligeras y frescas, pero que cubran la máxima superficie corporal posible cuando estemos expuestos al sol. También es recomendable el uso de gorras y sombreros.
  • Usar gafas de sol homologadas frente a la radiación UV.
  • Cualquier medida de protección debe extenderse los días nublados, ya que la radiación UV atraviesa la cubierta de nubes. Debemos protegernos incluso a la sombra, como por ejemplo bajo una sombrilla en la playa.
  • Es preferible aplicar la protección solar 30 minutos antes de la hora prevista de exposición y repetirla, al menos, cada dos horas y siempre después del baño o sudoración excesiva.
  • No olvidar zonas como orejas, nariz, calva o pies. Para la calva, hay protectores especialmente indicados que evitan la aparición de patologías específicas de esa parte del cuerpo como la queratosis actínica.
  • Hay que recordar que las mascarillas están diseñadas para la protección frente a aerosoles y salpicaduras, pero no frente a la radiación solar. Por ello habrá que usar protección solar en la zona de la cara cubierta por la mascarilla.
  • Usar siempre fotoprotectores que hayan sido testados dermatológicamente para evitar la aparición de alergias. En todo caso, leer los etiquetados y no usar el fotoprotector en caso de alergia a alguno de sus componentes.
  • La nieve, la arena y el agua (sobre todo esa zona de la paya donde rompen las olas y se originas espumas blancas), aumentan el riesgo de quemaduras solares por la capacidad que tienen estos entornos en reflejar la luz solar. También a mayor altitud la radiación incide con mayor intensidad y será necesario aumentar el SPF.
  • Personas que trabajen o pasen largo tiempo al aire libre (agricultores, albañiles, deportistas…), deben usar protección a diario.
  • Ciertos medicamentos pueden causar reacciones de fotosensibilidad, por lo que deberemos disminuir e incluso evitar la exposición solar cuando los estemos tomando. En estos medicamentos aparecen pictogramas o leyendas con esta advertencia. También viene indicado en el prospecto del medicamento.
  • Debe evitarse la aplicación conjunta de soluciones hidroalcohólicas y protectores solares.
  • La radiación generada por las cabinas UV, pueden generar quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel e incluso precipitar la aparición de cánceres cutáneos.
  • En caso de tener que aplicar cosméticos como cremas, maquillajes, coloretes o polvos correctores, hacerlo siempre al menos 15 minutos tras la aplicación del protector solar, que debe ser el primer producto en aplicarse. También existen cremas, maquillajes, coloretes y polvos correctoras que ya incorporan protección solar.
  • El daño producido por el sol es acumulable durante toda la vida y multiplica la posibilidad de desarrollar un cáncer de piel. Es por ello importante concienciar y educar a los niños en hábitos saludables de protección solar.
  • Los bebes de menos de 6 años no deben exponerse a la radiación solar directa debido a que su piel es muy vulnerable. En niños de corta edad hay que usar fotoprotectores indicados para ellos aparte de tenerlos protegidos con la ropa adecuada.
  • Una alimentación saludable y variada, especialmente rica en frutas y verduras, nos protege desde el interior aparte de proporcionarnos una hidratación adecuada.
  • Existen preparados orales nutriprotectores que preparan nuestra piel ante la exposición solar.
  • Es necesaria una ingesta de agua adecuada a la exposición solar. Así en circunstancias de mayor temperatura ambiental habrá que aumentar la cantidad ingerida. Es indispensable mantener una buena hidratación corporal.
 
BIBLIOGRAFÍA

Deiry Marin, Alfonso del Pozo. Fototipos cutáneos. Conceptos generales. Elsevier. Revista Offarm. Vol.24 Núm.5, páginas 136-137. Mayo 2005.

Centelles, P. Fotoprotección. Novedades. Elsevier. Farmacia Profesional. 2001; 15(6): Pag 77-85
Recomendaciones de la comisión de 22 de septiembre de 2006 relativa a la eficacia de los productos de protección solar y a las declaraciones sobre los mismos. Diario Oficial de la Unión europea (2006/647/CE).

Batlle, C. Factor de protección solar. Elsevier. Revista Offarm. Vol.24 Núm.6, páginas 65-72. Junio 2005.
 
Imagen de portada: https://www.freepik.es/foto-gratis/locion-bronceadora-protector-solar-botella-atomizador-mujer-joven-rociar-aceite-bronceador-pierna-botella-lady-masajeando-locion-proteccion-solar-mientras-toma-sol-playa-modelo-femenino-vacaciones-verano_10121696.htm#page=1&query=protector%20solar&position=2
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