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ACEITE DE PESCADO

Publicado en24/06/2020 Por 476
Aceite de Pescado, fuente principal de Ácidos Grasos Esenciales Omega-3 (EPA y DHA). Que son y en que nos beneficia un suplemento diario en nuestra dieta.

Se trata de aceite procedente de pescados azules (sardinas, anchoas…)

Sus componentes fundamentales son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga de la serie omega-3, fundamentalmente ácido eicosapentaenóico (EPA) y ácido docosahexaenóico (DHA).

En los años 70 del pasado siglo se observó que la población inuit (esquimal) del Ártico poseía una baja incidencia de enfermedades cardiovasculares. Esa protección desaparecía cuando esos mismos individuos emigraban a Canadá y variaban sus hábitos alimenticios. La conclusión que se extrajo fue que debía haber algo en la alimentación que les proporcionaba un efecto cardioprotector. Ese algo no era, ni más ni menos, que la elevada proporción que el pescado, sobre todo azul, tenía en su dieta habitual.

Los ácidos grasos esenciales son un tipo especial de ácidos grasos poliinsaturados que el organismo humano no puede sintetizar y por tanto debe obtenerlos de la dieta. Existen ocho tipos de aceites grasos esenciales, pero los más importantes son los de la serie omega-3 y omega-6. Los de la serie omega-3 se encuentran sólo en el pescado, en el aceite de pescado y en crustáceos. La serie omega-6 está presente abundantemente en alimentos vegetales. Ambas series, omega-3 y omega-6, compiten por las mismas rutas metabólicas en el organismo, lo que hace muy importante una adecuada proporción entre ambos. En nuestros antepasados la relación entre omega-3 y omega-6 era de 1:1. Actualmente los valores recomendados están alrededor de la proporción 1:3. La dosis diaria varía de 1 a 4 g de EPA+DHA según la finalidad de su uso.

PREVENCIÓN CARDIOVASCULAR

Está demostrado que la toma de un solo gramo al día de ácidos grasos de la serie omega-3 reduce la mortalidad de pacientes que han sufrido un infarto de miocardio en los últimos tres meses. Este valor es netamente inferior al recomendado (3 a 4 g diarios). Si tenemos en cuenta que son necesarios unos 100 g diarios de pescado azul para obtener un equivalente a 1 g al día de omega-3, la conclusión es que se hace indispensable la toma de un complemento de omega-3 para llegar a esas cantidades (en el mercado existen diversas opciones que garantizan la ingesta diaria recomendada). Cabe recordar que, de algunas especies de pescado azul, sobre todo las de gran tamaño (bonito, atún…), es recomendable controlar su ingesta semanal por su contenido en mercurio (Fuente: Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Ministerio de Consumo).

ACTIVIDAD HIPOLIPEMIANTE

La serie omega-3 es particularmente eficaz en la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, ambos factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares. La reducción de los valores anormalmente elevados de estas dos substancias es más importante en el caso de los triglicéridos y más moderado en el caso del colesterol. En casos de valores elevados de triglicéridos la dosis de omega-3 debería situarse entre los 2-4 g al día.

Pueden usarse ventajosamente en pacientes que estén tomando fármacos hipolipemiantes (como simvastatina, atorvastatina…) o monacolina K contenida en la levadura roja de arroz. Se ha observado una reducción significativamente más importante en pacientes que han sido tratados con esta combinación, respecto a los que sólo tomaron el fármaco hipolipemiante. Existen complementos alimenticios que conjugan la monacolina K y los omega-3 (EPA y DHA), en un mismo preparado facilitando el cumplimiento del tratamiento.

ACTIVIDAD ANTIAGREGANTE

Se ha demostrado que la toma de omega-3 contribuye a disminuir la agregación de las plaquetas impidiendo de esta forma la formación de trombos y sus temidas consecuencias.

ACTIVIDAD ANTIARRÍTMICA Y EFECTO CARDIOPROTECTOR

Numerosos estudios muestran que incluso a bajas dosis los omega-3 poseen una acción antiarrítmica. También se ha comprobado la reducción de la incidencia de fibrilación auricular.

ACTIVIDAD ANTIHIPERTENSIVA

A partir de las cuatro semanas de ingesta de aceite de pescado se observa una reducción moderada pero cuantificable de la presión arterial sistólica (alta) como sobre todo de la diastólica (baja). Esta significativa reducción de la presión arterial no se observa con la toma de aceites vegetales ricos en omega-6.

ACTIVIDADINMUNOLÓGICA

Son capaces de modular la actividad del sistema inmunitario, acción no desarrollada por los aceites grasos esenciales omega-6. Esta regulación inmunitaria se observa más en personas de edad que en jóvenes o adultos de edad mediana.

OTRAS ACTIVIDADES

Los estudios sobre la influencia en procesos cancerosos y/o metastásicos son de momento insuficientes. Una dieta rica en omega-3 limita el desarrollo de depresión unipolar y si esta está en curso limita sus síntomas. Niveles bajos de omega-3 se relacionan con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer o la demencia senil. Por último, los niveles de omega-3 y omega-6 son fundamentales en el desarrollo normal y buen funcionamiento de estructuras cerebrales desde la edad fetal a la adulta.

En cuanto a la tolerabilidad de la toma de los aceites de pescado están descritos solamente molestias gastrointestinales como náuseas, eructación y olor a pescado del aliento. Aparte de los altos contenidos en EPA y DHA, los aceites de pescado aportan significativas cantidades de vitaminas liposolubles como la A y la D, lo que habrá que tener en cuenta si se están tomando complementos multivitamínicos o en algunas condiciones fisiológicas particulares como el embarazo.

En este último caso deberá consultar con el médico sobre la dosis más adecuada de omega-3, teniendo en cuenta que, durante el embarazo, la madre es la única fuente de EPA y DHA, fundamentales para el desarrollo normal del cerebro del feto. Lo mismo puede aplicarse a la época de lactancia, donde la leche materna es la portadora de estos omega-3.

RESUMEN

Actividad farmacológica: actividad hipolipemiante y hemorreológica. Actividad antiinflamatoria. Actividad antiarrítmica. Acción inmunomoduladora.

Uso Clínico: prevención primaria y secundaria de las patologías cardiovasculares. Hiperlipemia combinada o hipertrigliceridemia. Enfermedades crónicas con base inflamatoria.

Contraindicaciones: no se conocen.

Advertencias y precauciones especiales de uso: por su actividad anticoagulante, el aceite de pescado puede aumentar ligeramente el tiempo de sangría. Se recomienda prudencia en estados preoperatorios. No hay estudios clínicos en embarazadas o lactantes. Conforme a la praxis médica general, no se debe utilizar sin consulta previa a un médico.

Interacciones: no se conocen.

Efectos secundarios: en algunos casos ligeras molestias gastrointestinales.

BIBLIOGRAFÍA

  • Organización Mundial de la Salud
  • Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Ministerio de Consumo
  • Elisabetta Boncompagni, Erika Bianchi, Corrado Giua. Guida Bibliografica ai più Noti Fitoterapici. 2010
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