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EQUINACEA

Publicado en25/10/2020 6230
La Equinácea, una planta que cura y que previene aumentando las defensas.

EQUINÁCEA

De todas las especies pertenecientes al género Echinacea, sólo tres de ellas son reconocidas con interés medicinal: Echinacea pallida Nutt., Echinacea angustifolia DC y Echinacea purpurea (L.) Moench. Las tres especies son muy parecidas en cuanto a la composición química de sus principios activos y por tanto muy similares en sus propiedades farmacológicas. En consecuencia, se consideran equivalentes en cuanto a su aplicación clínica.

Son plantas con tallos huecos y de altura cercana al metro con hojas estrechas y recubiertas de vello. Sus capítulos florales de color malva, que crecen en el extremo de los tallos, son muy vistosos. La parte utilizada en medicina es la raíz.

MEDICINA POPULAR

El uso medicinal de la equinácea se remonta a su uso por tribus nativas indias norteamericanas (Cheyenne, Dakota, Sioux, Omaha, Pawnee, Comanche, etc.). La droga era usada en múltiples usos. Así era empleada en el tratamiento externo de llagas y heridas, picaduras de insectos, quemaduras, tratamiento interno de síntomas febriles, tos, resfriados, cefalea, dolor de muelas e incluso calambres de estómago. El humo de su combustión se usaba para tratar el moquillo de los caballos. Era también considerada un buen antídoto frente a la mordedura de serpientes como la serpiente de cascabel y también en otros casos de envenenamiento.

Los colonos blancos aprendieron de las tribus nativas estos usos, documentado desde al menos el 1700, llegando a su máxima difusión a finales del siglo XIX, convirtiéndose en una de las drogas de uso más extendido en los estados Unidos. En 1916 fue incluida en el National Formulary of the United States y usada para el tratamiento del tifus, difteria y septicemia. A Europa llego su conocimiento a principios del siglo XX.

ACTIVIDAD INMUNORREGULADORA

Las inmunodeficiencias son un grupo heterogéneo de estados que están caracterizados por la alteración del sistema inmunitario y su actividad. Las inmunodeficiencias pueden estar provocadas por una patología en curso, como una infección aguda de un virus o bien como consecuencia de tratamientos farmacológicos, por ejemplo, que dejen al organismo con un nivel de inmunidad deprimido. En ambos casos puede ser útil el uso de compuestos con demostrada estimulación de la reactividad de las células inmunitarias (macrófagos, linfocitos T, etc.). Estos compuestos estimuladores de la inmunidad que tienen las especies de equinácea son los polisacáridos. En todo el mundo son consumidos cantidades de hongos y plantas ricas en polisacáridos por sus beneficios nutricionales y funcionales. En las especies de equinácea se encuentran unos polisacáridos denominados arabinogalactanos que son los encargados de activar los macrófagos uniéndose a sus receptores de membrana y que son muy similares a los polisacáridos microbianos. Por lo tanto, estos polisacáridos vegetales similares a los bacterianos estimulan a los macrófagos como si de una infección bacteriana se tratara.

Por estas propiedades el uso interno de las especies de equinácea está indicado en resfriados y en infecciones agudas y crónicas de las vías respiratorias superiores. Su uso está especialmente en enfermedades que tienden a cronificarse en individuos con un sistema inmunitario deficiente. Normalmente el uso de equinácea reduce la duración de la enfermedad y los síntomas.

PROFILAXIS Y TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES POR ENFRIAMIENTO

El uso más extendido de la equinácea es la profilaxis y tratamiento de enfermedades por enfriamiento como la gripe y el resfriado. El resfriado es una infección vírica de las vías aéreas superiores causada por un rinovirus, mientras la gripe es provocada por mixovirus (tres cepas A, B y C) si bien periódicamente aparecen nuevas cepas en distintos orígenes geográficos. La gripe puede causar casos aislados o epidemias o pandemias y se caracteriza por síntomas típicos del resfriado (congestión nasal, dolor de garganta, tos, laringitis, congestión bronquial, cefalea, etc.) además de fiebre, dolores musculares y articulares y síntomas gastrointestinales. Diversos estudios clínicos confirman que los extractos de equinácea reducen de forma significativa la incidencia y duración de las enfermedades infecciosas de las vías aéreas superiores como gripe y resfriado.

ACTIVIDAD CICATRIZANTE

El uso histórico de la equinácea en medicina está representado por su uso en el tratamiento local de úlceras y otras patologías dermatológicas. Parece ser que su mecanismo de acción es debido a su acción inmunomoduladora y también a que actúa inhibiendo las hialuronidasas. Por todo ello se emplea como uso externo en curas de úlceras, heridas infectadas y quemaduras. También ha sido empleada en el tratamiento en inflamaciones y pequeñas lesiones de la mucosa oral y gingival.

ACTIVIDAD ANTIVIRAL

Los virus más sensibles a la actividad de la equinácea son el Herpes simplex tipo 1 y el de la gripe tipo A2.

ACTIVIDAD SOBRE EL APARATO URINARIO

Por su actividad antiinflamatoria y ligeramente antiséptica, la equinácea se usa en estados inflamatorios del aparato urinario como los debidos a dificultades de vaciamiento de la vejiga urinaria que pueden elevar el riesgo de infecciones de las vías urinarias inferiores y también en caso de candidiasis.

ACTIVIDAD ANTIBACTERIANA

El equinacósido extraído de la equinácea tiene actividad antimicrobiana frente a Staphylococcus aureus y en menor medida, frente a Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa.

TOLERABILIDAD

La equinácea es una droga considerada generalmente como segura. Raramente se observan leves trastornos de tipo gastrointestinal, vértigo y alergias cutáneas en sujetos sensibles. El uso de la equinácea está contraindicado en pacientes con terapia inmunosupresora (trasplantados o enfermos autoinmunes)

RESUMEN

Actividad farmacológica: Actividad inmunomoduladora.

Uso Clínico: Tratamiento coadyuvante y de profilaxis para infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior (resfriado común) y de otras patologías infecciosas (síndrome gripal, por ejemplo). Estados de debilidad en fase convaleciente por enfermedad crónica.

Contraindicaciones: Hipersensibilidad conocida a plantas de la familia Asteráceas. Esta desaconsejada la ingestión de Equinácea en pacientes con terapia inmunosupresora y en pacientes con trastornos sistémicos progresivos o patologías autoinmunes como SIDA/VIH, lupus, esclerosis múltiple, tuberculosis, leucocitosis, patologías del tejido conectivo o colagenosis.

Advertencias y precauciones especiales de uso: No hay estudios clínicos en embarazadas o lactantes. Conforme a la praxis médica general, no se debe utilizar sin consulta previa a un médico.

Interacciones: No se conocen.

Efectos secundarios: Pueden aparecer recciones de hipersensibilidad en pacientes con alergia a las Asteráceas, como reacciones cutáneas.

BIBLIOGRAFÍA

  • Elisabetta Boncompagni, Erika Bianchi, Corrado Giua. Guida Bibliografica ai più Noti Fitoterapici. 2010
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